viernes, 15 de mayo de 2009

Trying to Fix It

Tú que solías anestesiar palabras,
-y con ellas suturar tu poesía deforme-
sólo por abortar tus vagos engendros muertos.

Pero tú, que nunca me contaste que sucedió con tu mazo de barajas,
quizá se fueron más allá del éxtasis de la música,
donde el acordeón no sabe sino tocar tus melodías de funeral
donde los sueños se petrifican para volverse estirpes antropomorfas,
donde guardaste la carpa ósea de tu circo degenerado,
esa carpa negra, en la que la mímica hablaba para no perderse en tus laberintos de cartas,
esa carpa, en la que desembarcaban tus especias insólitas,
traídas desde las costillas del nuevo universo
esa, la de tu cementerio de versos.


-Pero ahí estás tú, justo como una gárgola
sentado en las apófisis de tu globo terráqueo,
circunnavegando en las letras del delirio,
ahogado en la nostalgia de tus días perdidos.

Tú como una aneurisma de palabras,
o quizá como los coágulos que reposan en mis comas,
justo como el nido de pensamientos en mi costa occipital.

Recuerdo tus días de entonces,
recuerdo cuando trajiste la peste de tus arlequines danzantes,
por eso de los días que le arrancábamos a 1806
hoy sólo me queda el arcaico recuerdo de los últimos colirios.

Pero, hoy has dibujado un testamento de solsticios,
entre las amorfas tentaciones que tiene tu sexo,
o entre los exhaustivos silencios que cargamos en el olfato,
has dibujado tus últimas historias.

Hoy sólo me queda el anacrónico recuerdo de tu maquillaje extinto.

No hay comentarios: