Jorge
lunes, 26 de julio de 2010
Noche.
martes, 18 de mayo de 2010
Cherburgo.
Se destiñen por la lluvia
-dejan de sonreír-
los barcos navegan
el mar de Cherburgo
se extravían donde la vista
los hace invisibles
Nosotros reposamos en trances,
embriagados por el vino y el acordeón.
Las calles ciegas no tienen sentido
La vida tampoco lo tiene,
y ya para qué
si hemos vivido de máscaras
y teatro
...el dulce teatro.
Las flores yacen lejos,
insertadas,
como manchas de óleo en tu ventana
en tu ventana y tus ojos verdes
tus ojos verdes y cada rincón de tu piel.
Mi amor por ti es eterno
infinito
pero hoy te vas
te alejas
más allá del tiempo,
del silencio
más allá
de los barcos
de Cherburgo.
lunes, 17 de mayo de 2010
Abandonado.
Ya estoy aquí;
abandonado
a la intemperie y al sol naciente de las tres
El cielo es apenas una onomatopeya quebrada
que se desliza suavemente entre los sauces.
Las begonias ya no florecen,
se vuelven polvo y silencio
son pétreas
El circo ya no viene cada primavera.
Te miro y no te miro
en caras
ajenas.
Nos somos más que colores diluidos,
acuarela y acacias floridas.
Siempre es lo mismo
cuando miro tus ojos verdes,
impresionistas
La pradera se me hace infinita.
La vida se me hace larga.
Ya no hay
más nubes después de tu cielo
te vuelves estrellas y olas del mar.
Inalcanzable
-Aun el circo no vuelve en primavera.-
Los fresnos florecen
pero ya no son iguales
Los astros reposan muertos
suicidados
extintos.
La tristeza teñirá
la noche de azul ultramarino
tus flores bermellón resaltan siempre
en el paisaje
la aurora
nos consume los suspiros
tejemos crepúsculos fluorescentes
que huyen
tras las faldas amarillas del soledad.
miércoles, 12 de mayo de 2010
La vida del sátiro.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Entreacto.
De cómo menguaba y dejaba de existir en cada segundo. De cómo el velorio de grillos e insectos cantábale las últimas horas al cielo, que se despedía haciendo siluetas traslúcidas sobre la sombra opaca de tu recuerdo; porque tu recuerdo tiene sombra, y aun anda por estas paredes, con las nostalgias recortadas que parecen eternas y oceánicas, colgadas a un lado del reloj de pared...
De cómo menguaba y zigzagueaba en su órbita desolada, y se reflejaba en tus ojos para hacerlos mas grandes... más verdes; o quizá eran tus ojos quienes se reflejaban en ella y la hacían mas grande... más verde. Y de cómo la soledad había reinado en el vacío vertical que queda en las catedrales sonámbulas, perplejas e inconscientes, que tocaban los primeros milímetros del cielo, no porque quisieran sino porque los huesos le seguían creciendo.
-¿Te acuerdas de las gardenias y las astromelias que crecían en tu alma? -
Yo si las recuerdo, como florecían entre el frío del invierno, y de como se amarraban sin querer a los vientos secos del sur oxidado. También me acuerdo de mis palabras nubladas y de las poesías tristes que te solía escribir, de como te fuiste y del dolor de mi alma, de como lo enterré en los aromas de la desdicha y los medios vasos de agua justo abajo de los brillos plásticos de tu ausencia(...)
miércoles, 14 de octubre de 2009
-Qué dolores guarda el amor- admito que nunca volví a saber de ti, y que morí en los labios ajenos a los tuyos, morí mil veces de amor en las lunas plateadas, y en el frío de tus recuerdos de piedra maciza.
En las curvas de mis calles gitanas los cedros floridos entre el polvo del olvido aun te recuerdan, yo también lo hago, como siempre pude hacerlo...
domingo, 6 de septiembre de 2009
Dibújame.
En el canto verde de la melancolía de los jueves.
En las pieles saturadas de nostalgia transcrita en versos ;
en el cabello de los días perdidos para siempre
en tus labios de mar que cruzaron un día mis transatlánticos.
Dibújame,
destrozado en el tiempo.
Como metáfora vestida de soledad entre las carnes violetas de la noche.
Te dibujo,
en la luna,
en la calle,
en mis versos,
en mis ojos de miedo,
en tus labios que llevan mis cielos.
En las letras que llueven silencios.
Dibújame,
en la melancolía,
en tus ojos verdes,
en las praderas de amapolas.
Te dibujo,
en los vacíos grises de la lluvia consternada.
En las calles de piedra
y las piedras del alba.
En la tristeza de verte,
y jamás hablarte de mi alma.
(...)
viernes, 28 de agosto de 2009
Como un jardín de nostalgias.
«Porque eras tu transversado en mi poseía,
entre el calor insólito de las madrugadas y los cielos amarillos de agosto.
Porque eras tú, reencarnado en los geranios floridos en el jardín del amor,
Eras tú el de los ojos verdes y las luces del verano
tu el de los oleos malva, y las flores borgoña, eras tú el de mi corazón.
Tú el de las olas intactas de las memorias descoloridas del amor
el de los años que se perdían
hilvanando canciones con las brisas cálidas de de tus recuerdos sepia.
De los amores glaucos, floridos en el estupor de las violetas sonrojadas,
y las canciones eternas en los artificios de cuerda que atiborran mi alma...
El de los poemas que nunca se decían.
Tú. El de las palabras quebradas en mis labios
esperando encontrarte entre los fugaces deseos del silencio.
El de la soledad que se llovía entre nuestras manos desertizadas de verano.
Y la nostalgia que se hacía carne en mis letras de pincel.
Y era yo el de la nostalgia en las flores grises,
el que soñaba tu recuerdo, en mi amor de aromas tristes.»