Se llamaba noche
y tenia los ojos verdes
y la piel estrellada de delirio
el circo eterno
el pan en su pecho,
fue mujer, gitana,
de nubes y silencio.
No se si el tango o su perfume
o las lucecitas azules
que le adornaban el pelo
la besé y coleccioné sus nostalgias
sostuve su rostro sin dolor ni tristezas.
Entonces la amé y quize morir por ella.
Pensar que la tuve como un astro entre mis dedos.
Se hacía infinita cuando estaba en el techo
dejó de estar y se me olvidan sus ojos.
Ya no está,
y se desvanece cada madrugada
se hunde en el mar cada vez que la veo de cerca
y florecen los lirios
y se pone el sol
pero ella
ell ya no está.