lunes, 26 de julio de 2010

Noche.

Se llamaba noche
y tenia los ojos verdes
y la piel estrellada de delirio
el circo eterno
el pan en su pecho,
fue mujer, gitana,
de nubes y silencio.


No se si el tango o su perfume
o las lucecitas azules
que le adornaban el pelo
la besé y coleccioné sus nostalgias
sostuve su rostro sin dolor ni tristezas.

Entonces la amé y quize morir por ella.


Pensar que la tuve como un astro entre mis dedos.

Se hacía infinita cuando estaba en el techo
dejó de estar y se me olvidan sus ojos.

Ya no está,
y se desvanece cada madrugada
se hunde en el mar cada vez que la veo de cerca
y florecen los lirios
y se pone el sol
pero ella
ell ya no está.




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