domingo, 22 de marzo de 2009

Quizá ya es primavera...




Y que yo jamás habría vuelto a tocar una pluma, jamás habría vuelto a tocar un papel, hasta que los soliloquios que se esconden entre el vaivén de la vida me hicieron recordarte, me hicieron hablarte…y así es, logre hablar de ti frente a conglomeraciones de personas quizá imaginarias, pero lo hice, solo para admitir que aun te amo.

Cierro los ojos, y en mis manos sostengo el vano recuerdo que queda de las cenizas del invierno plateado, quizá el viejo olor a almendras que la brisa arrastra para despedir a esta temporada, o quizá quede un arcano recuerdo desmenuzado por el polvo de los días que llevo sin pensar en ti.

-Es mentira-, lo sé, lo admito, quizá jamás la vida coloque tus lejanas miradas entre mis brazos, y jamás las estrellas te miren enamoradas como lo hacen cada noche, cuando pienso en ti. –Otro día lluvioso-, inaugura las brisas de la primavera, que sigue sus corazonadas como si fuesen el acoso neurótico que dejan los trazos en el atardecer, -y que las armónicas decidan cantar, como alguna vez lo hicieron las trompetas enamoradas-. He de considerarme estúpido, profundamente estúpido, yo, que llevo cuatro meses contados sin ver tus ojos verdes, y exactamente hoy, aún sostengo el recuerdo como acostumbro a sostener viejas metáforas que se apoderan de mis fugas frontales.

-Son solo cortes de papel-, eso es mi corazón, cortes de papel, que deciden vagar a la deriva de la poesía, aun la alojo en mi corazón, sonrojada como el primer día que vi tu rostro, envuelto en los tramas solares que te hacían poseedor de una belleza particular, aún conservo la poesía de los primeros días, aún, a más de un año de amarte sin comentar palabra alguna.

1 comentario:

tomitú dijo...

Me gusta esta prosa poética, me gusta su música...